En la rica prodigalidad, que representa la Gran Talamanca, el área emerge como un reducto, en el cual lo geográfico, lo histórico y lo natural se amalgaman a lo místico y lo mágico. En ella, lo social, lo cultural y espiritual, convergen. A cada paso dado, son constantes y diversas las conexiones entre el ser humano, la tierra y la naturaleza. Sin duda alguna, un enorme laboratorio para la vida.
Sin lugar a dudas Talamanca es un lugar de gran riqueza natural y cultural. Tierra indómita que no se cesa en su tenaz lucha en contra de los intereses extranjeros que buscan explotar sus recursos naturales.
Existen dos Talamanca, con dos realidades muy disímiles. La Baja Talamanca, donde se concentra la mayor parte de la población. Donde el cultivo del banano, la tecnología (aunque a paso lento) y la aculturación son parte de su día a día. Aunque las carencias son múltiples (faltan puentes como el que se añora en Suretka hacia Amubri), su relativa cercanía a los principales poblados como Bribri, la ciudad cabecera del cantón, le confiere una posición menos dificultosa.
La realidad de la alta Talamanca es otra. Un concepto muy subjetivo la describe. Área agreste, montañosa y poco accesible. Dominada ampliamente por bosques primarios protegidos por el Parque Internacional La Amistad (PILA) hasta el límite de la cordillera de Talamanca. La denominada Alta Talamanca incluye parte del Territorio Indígena Cabécar de Telire, el Territorio Indígena Cabécar de Talamanca y el Territorio Indígena Bribri de Talamanca y gran parte del PILA. Allí dominan ríos como el Broi, el Skú, el Kuk, el Coén, el Lari y el Urén; todos tributarios del Río Telire. Además de ríos como el Wonyet, Tararia y Terbi, tributarios del Río Teribe.
Se podría pensar que son pocos los poblados, pocas las viviendas y pocas las necesidades. No obstante; son muchas las carencias, los obstáculos y las distancias, no sólo en cuanto a kilómetros se refiere, sino a necesidades básicas.
Muchos dirán… Pero así se preserva la cultura. La dicha los acompaña pues están exentos de los problemas y males cotidianos. Quizá tengan razón, sin embargo; mejoras en temas como atención en salud, educación y comunicación son fundamentales en lugares tan aislados y distantes.
En toda la alta Talamanca no existe ninguna comunidad de nombre Telire, no obstante; la División Territorial Administrativa (DTA), sitúa uno con ese nombre en donde hoy se asienta Bajo Piedra Mesa.
Telire es el distrito, el río, el territorio y un concepto, que engloba todas aquellas tierras o montañas aguas arriba del río Telire hacia sus límites naturales en la cordillera de Talamanca y fila de Matama.
El alto Telire, que tanto mencionan en los medios de comunicación y quienes se refieren al territorio va más allá. La cuenca alta del río Telire es un área tan basta como prístina, que se extiende desde la fila de Matama al oeste, pasando por el macizo de Chirripó Grande, cerro Ena, cerro Deri, cerros Utyum, cerro Dudu, cerro Nai y la línea fronteriza con Panamá. De tal manera, podríamos decir que comunidades como Alto Urén y Alto Lari, también son de Alto Telire ya que las aguas de esos ríos formarán parte del río Telire en el valle de Talamanca.
El alto Telire a que muchos se refieren no es sino el Territorio Indígena Cabécar Telire, que se compone de al menos 13 comunidades a lo largo y ancho del territorio. Desde su entrada por el Territorio Indígena Cabécar Tjai – Tayní en Valle La Estrella de Limón, el Territorio Indígena Cabécar Telire nos abre sus puertas desde Rangalle (Rangallal) por la margen izquierda del río Telire y nos lleva a su primer grupo de comunidades: Blei.
Blei no Bley como muchos lo anotan debe su nombre a la quebrada Blei, afluente del río Telire. Existen 3 comunidades con dicho nombre, a saber: Bajo Blei Norte y Alto Blei, en la margen izquierda y Bajo Blei Sur en la margen derecha. Su conexión con el mundo: 2 teléfonos públicos administrados con sistema fotovoltaico y una antena VSAT.
Dichos poblados son verdaderos reductos en medio de la montaña. Siguiendo por la margen derecha y luego de ascender el denominado Cerro Hule, se logra divisar a lo lejos Jäbëjukto (nido de golondrina) nombre cabécar para Bajo Piedra Mesa.
Bajo Piedra Mesa, es un lugar mágico, enclavado en el corazón del Territorio Indígena Cabécar Telire. Allí convergen todos los caminos, cuál Roma imperial. Al igual que Bajo Blei su conexión con el mundo: 2 teléfonos públicos administrados con sistema fotovoltaico y una antena VSAT.
Por la margen derecha el trillo nos lleva a Monteverde o Düchiribata, se atraviesa el río Psei y se continúa hacia Arco Iris o Shakkaba cómo le llaman en el territorio. Otro paso por el río Telire nos conduce a Guayabal o Bisöla, y de allí hacia el oeste Murreidibata, la última frontera antes de ingresar al Parque Internacional La Amistad.
Si te devuelves hacia Guayabal y continuas por la margen izquierda, de nuevo se arriba a Bajo Piedra Mesa. Desde allí los trillos o veredas conducen al norte hacia Jäktökölo o Alto Piedra Mesa, un plano colgado en medio de la montaña con una vista única. Desde allí los indígenas de Telire se comunican atravesando la fila de Matama con sus congéneres en Alto Chirripó, por el denominado Sitio Bakche.
El camino continúa hacia el este por una serie de colinas donde se divisa el cerro Piedra de Fuego (2206 m. s. n. m.) y a lo lejos el sitio conocido como Kokötse (algo así como el Sitio Tortuga). La siguiente comunidad es Tsipirí (Platanillo) antes de arribar al río Nakeagre (Congo) y la comunidad de Beckbbata o Kowa. La fila Lléskila nos conduce de nuevo a Bajo Blei Norte.
El recorrido a pie se logra en al menos una semana completa. No obstante, el ingreso se realiza principalmente vía helicóptero, ya sea por instituciones públicas o privadas, que colaboran con la atención de las necesidades básicas de la población. Valle La Estrella es la puerta de entrada.
Valle La Estrella es la principal ruta de paso, comercio y atención de necesidades básicas de los habitantes del Territorio Indígena Cabécar Telire. Existe otra ruta de acceso: por Talamanca, Shiroles, Gavilán Canta hacia Orochico y Masá, pasando por el siempre imponente río Telire con destino al Sitio Rangalle.
Sin duda el Territorio Indígena Cabécar de Telire continúa siendo parte de nuestra indómita Talamanca.
Y como lo vívido, es real quizá únicamente para quien lo percibe in situ, con la narración –inserta entre la visión de un geógrafo y una persona normal–, podrás formar parte integral de un viaje sin retorno a la esencia de la vida misma.